- Nombre: Thomas William
- La edad: 71
- Ubicación: Lake Country, Canadá
- Diagnóstico primario: Osteoartritis
- Tratamiento: Terapia con células madre
- Ubicación del tratamiento: Clínica Progencell, Tijuana, México
- Coste del tratamiento: $16,826
- Facilitador: Turismo médico PlacidWay
Hola, soy Thomas William, de Lake Country, Canadá. A mis 71 años, la vida me ha dado muchas experiencias maravillosas, pero también me ha dejado algunos recuerdos dolorosos, en concreto, la artrosis. Esta enfermedad ha sido una compañera constante, causándome un dolor implacable en las rodillas, la espalda, el cuello, los codos, los hombros y los dedos de los pies. ¿La causa? Años de jugar al rugby. Me encantaba este deporte, pero se cobraba un alto precio en mi cuerpo.
El dolor era implacable y constante. Cada mañana me levantaba agarrotada y dolorida, y al final del día el dolor era casi insoportable. Las tareas sencillas se convirtieron en un reto y la alegría de moverme libremente era un recuerdo lejano. Sabía que tenía que hacer algo.
En Canadá, el sistema sanitario es bueno, pero para tratamientos como la terapia con células madre, las opciones son limitadas y los periodos de espera increíblemente largos. Necesitaba una solución, y la necesitaba rápido.
Fue entonces cuando empecé a buscar tratamientos alternativos y oí hablar de la terapia con células madre. La gente hablaba muy bien de ella y pensé: "¿Por qué no intentarlo?". Después de todo, no tenía nada que perder y potencialmente todo que ganar.
Después de mucho investigar, decidí ir a Progencell en Tijuana México. No fue una decisión fácil.
Viajar al extranjero para recibir tratamiento médico es desalentador, pero la perspectiva de librarse por fin del dolor era demasiado tentadora para ignorarla. El coste del tratamiento $16,826, que es una cantidad significativa de dinero, pero me imaginé, "Si todo es dolor y dinero, está bien". Cuando tienes un dolor constante, harás casi cualquier cosa para que pare.
Antes de tomar mi decisión final, hablé con varias personas e hice mis deberes sobre Progencell en Tijuana México. Su reputación era sólida y tenían mucha experiencia en la terapia con células madre. Me tranquilizó saber que iba a estar en buenas manos.
Cuando llegué a México, el personal de Progencell fue fantástico. Me hicieron sentir bienvenida y cómoda desde el principio. Tomaron notas detalladas de mi estado y mi historial médico, incluido mi reflujo ácido controlado, que controlo con Nexium. Con 1,80 m de estatura y 90 kg de peso, sabía que mi cuerpo había vivido tiempos mejores, pero me aseguraron que podían ayudarme.
El tratamiento consistía en utilizar células madre para regenerar los tejidos dañados de mi cuerpo. Fue fascinante saber cómo funcionaba. Me lo explicaron todo con detalle, lo que me tranquilizó.
Al recordar mi época de jugador de rugby, me acuerdo de lo mucho que me gustaba este deporte, a pesar de la carga física que me suponía. Pero a medida que me hacía mayor, el dolor se hacía más intenso. Probé varios tratamientos, pero nada me aliviaba a largo plazo. El dolor no era sólo físico, sino también emocional. Cuando sufres todos los días, es difícil ser positivo. Recuerdo que paseaba por mi barrio y a veces lloraba de pura frustración.
Los retos a los que me enfrenté en Canadá fueron importantes. El sistema sanitario es excelente para muchas cosas, pero para tratamientos avanzados como la terapia con células madre, la disponibilidad es limitada y los tiempos de espera, largos.
Cuando sufres, esperar no es una opción. Esta urgencia me empujó a buscar una solución más allá de las fronteras.
México parecía la mejor opción. El tratamiento estaba disponible de inmediato y el coste, aunque elevado, era asumible. El personal de Progencell era experto y atento, lo que marcó una gran diferencia.
El tratamiento consistió en una serie de inyecciones y terapias destinadas a regenerar los tejidos dañados. No fue un milagro de la noche a la mañana, pero poco a poco empecé a sentirme mejor. El dolor constante que me había acompañado durante años empezó a desaparecer. Fue una sensación increíble.
Ahora, después del tratamiento, siento que tengo una nueva oportunidad de vivir. El dolor que solía definir mis días ha desaparecido.
Puedo moverme libremente y disfrutar de actividades que creía perdidas para siempre. Es un cambio extraordinario.
Sin embargo, sé que no todo el mundo puede permitirse este tratamiento o tiene medios para viajar al extranjero. Es un gran paso y no es barato.
Pero para mí, valió la pena. Nadie debería sentir la necesidad de hacer esto, pero a veces, el dolor te empuja a encontrar soluciones, no importa dónde estén.
Mi viaje a Tijuana fue algo más que encontrar alivio al dolor. Se trataba de volver a tomar las riendas de mi vida. Agradezco cada día haber tomado esa decisión. Si sufres dolor como yo, no pierdas la esperanza. Hay soluciones ahí fuera, y a veces basta con mirar un poco más lejos para encontrarlas.
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Descargo de responsabilidad: Los relatos que aquí se presentan reflejan las experiencias reales de las personas, aunque los nombres se han modificado para garantizar la privacidad. Estas historias pretenden ofrecer información e inspiración, pero no deben sustituir a la orientación médica profesional. Los resultados y las experiencias pueden variar mucho de una persona a otra. Busque siempre el consejo de profesionales sanitarios cualificados antes de tomar cualquier decisión médica, ya que pueden ofrecerle asesoramiento y apoyo personalizados para sus necesidades de salud específicas.